¡Mi mano es un pentagrama!

  No te lo podrás creer pero, si miras bien, te darás cuenta de que tienes un pentagrama en la mano.
Levanta la mano izquierda y, con la palma hacia dentro, descubrirás que tus cinco dedos se pueden convertir en las cinco líneas del pentagrama y los cuatro huequecitos que hay entre ellas, los espacios.
Así podrás jugar y repasar las notas todas las veces que quieras.